Cuando un sueño se materializa después de darle
forma, parece que deba permanecer en ese estado para siempre.
No nos damos cuenta de que los sueños son maleables, etéreos... y que han de cambiar, precisamente para seguir siendo sueños.
Para seguir plasmándolos y que nos hagan felices.
Opticontrol de la calle Girona abrió sus puertas por primera vez en el año 2010.
Con un diseño moderno y marcado por el carácter surrealista de nuestra ciudad.
Una apuesta arriesgada para una óptica independiente, que siempre quiso desmarcarse de su hermana mayor, y que logró sin duda su cometido
Ha llegado la hora de bajar el telón para ella.
No es una despedida triste, ni un adiós definitivo, ya que su espíritu joven y vanguardista permanecerá vivo en la esencia de Opticontrol.
De ésta fusión de sueños, ha surgido una chispa, una nueva ilusión que nos vuelve a emocionar y de la cual os hablaremos muy pronto.
Hasta siempre niña bonita, sin duda ha merecido la pena.
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